La discapacidad intelectual se caracteriza por limitaciones significativas tanto en funcionamiento intelectual, como en conducta adaptativa, tal y como se ha manifestado en habilidades adaptativas, conceptuales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años.
Partiendo de aquí, si conoces a alguien con alguna discapacidad intelectual háblale como a uno igual sin resultar infantil pero por supuesto con total respeto. Porque por desgracia aún hay gente que piensa que por tener discapacidad intelectual ya es tonto y es menos inteligente. Para nada, una persona con discapacidad intelectual puede sorprender con su inteligencia y para nada es menos que los demás.
Para ayudarle emocionalmente acompáñele a un espacio tranquilo para que se calme y recobre el control pero para nada en público para dar el show. Exprese que entiende esos sentimientos y ofrezca a la persona la oportunidad de hablar de ello. Preste apoyo cuando la persona recobra el control. Redirija con amabilidad hacia otro tema o hacia otra actividad.
Por lo que si esa persona con discapacidad intelectual hay algo que no entiende o no lo coge a la primera no te rías de esa persona, trata de ayudarle. Tampoco te burles de el/ella porque su discapacidad en algún momento te pueda parecer gracioso. No seas un personaje y sé una persona de provecho que ayuda a los demás.